En el ámbito del derecho contamos con muchísimas especialidades, todas ellas muy distintas, y a su vez con una estrecha relación y finalidad, que no es otra que la de regular una determinada situación.

El derecho de familia es la rama más subjetiva y personal  que se trata en los juzgados y tribunales, a través de la que se ventilan cuestiones que traen implícitas sentimientos, tanto negativos como positivos.

Enfrentarse a una ruptura de pareja nunca es una situación agradable, más cuando existen vínculos legales o hijos en común. Por eso es tan importante conocer qué opciones existen para que la situación pueda organizarse a la mayor brevedad y de la forma más beneficiosa para todas las partes implicadas.

No es lo mismo una separación que un divorcio, aunque en ambos casos es necesario acudir al Juzgado y obtener una sentencia. La principal diferencia es que con la separación se produce el cese de la convivencia, pero no la disolución del vínculo matrimonial, es decir, los cónyuges siguen casados y no pueden contraer matrimonio con otra persona.

En cambio con el divorcio, además de la separación física, se produce la disolución matrimonial. De esta manera, los cónyuges se pueden casar con otra persona, o entre sí, si hay una reconciliación.

Tanto si se solicita la separación como el divorcio, también se acuerdan y regulan las medidas de guarda y custodia, régimen de visitas, pensión de alimentos, y cualquier otra medida personal, económica o patrimonial de la pareja.

Hay que tener en cuenta las consecuencias que se derivan de estos procedimientos, ya que en ambos supuestos se pierde el derecho a la legítima del cónyuge viudo.

Asimismo, tanto con la separación legal como con el divorcio, el régimen económico matrimonial queda disuelto. No obstante, si se está casado en gananciales, hay una separación y posterior reconciliación, ya no se estará al régimen de gananciales, sino al de separación de bienes, salvo que se otorguen capitulaciones matrimoniales ante notario a través de las que lo acuerden expresamente.

Tomes la decisión que tomes es necesario contar con el asesoramiento de un abogado especialista que proteja y defienda los derechos e intereses, ya sea del núcleo familiar en su conjunto, como de una de las partes en caso de no existir acuerdo.

Es esencial conocer cuál es la mejor opción y las consecuencias que pueden derivarse de las decisiones que tomes. Posiblemente será una de las decisiones más determinantes de tu vida, y no estar bien asesorado puede jugarte una mala pasada.

jperelloabogados.com su despacho especialista en divorcios, separaciones y derecho de familia en general.